Este lunes santo, 11 de abril, la Catedral de San Isidro de El General se volvió a vestir de fiesta con la celebración de la Misa Crismal, no sólo porque en medio de la pandemia por el Covid-19 se volvió a contar con la presencia de fieles, sino también por ser la primera ocasión en que esta celebración era presidida por Mons. Juan Miguel Castro Rojas.
Durante la homilía, el prelado señaló que es “un día para dar gracias a Dios infinitas por nuestro sacerdocio y por la vocación a la que un día fuimos llamados, y que nosotros respondimos con un si generoso”. Además, precisó que, “aunque muchas veces, nuestro servicio es arduo, es su gracia quien nos sostiene. Gracias damos a Dios por cada uno de los que conformamos este presbiterio, gracias a cada uno de ustedes queridos sacerdotes por querer renovar las promesas sacerdotales”, acotó el obispo Castro.
Así mismo, Mons. Juan Miguel pidió a los sacerdotes estar empapados de la Palabra y ser cercanos; “primero, anunciadores del Evangelio, dejándonos recrear por ella, porque la conozco, la oro y la pongo en práctica en la vida […] Mi santidad sacerdotal, brota de la de Cristo, del contacto con el que es la Palabra, y del contacto con las personas que se me confían para colaborar en sus vidas guiándolos a Él”.
“Cercanos, el sacerdocio ministerial se vive por la cercanía, actitud que involucra a la persona entera que está atento al otro, es alguien que sabe encontrar una palabra para cada uno sin distinción, la cercanía se convierte en clave para ser anunciadores del Evangelio, porque es quien conoce a sus ovejas”, argumentó el obispo diocesano de San Isidro.
Posteriormente, se llevó a cabo el rito de la renovación de las promesas, y la bendición de los óleos, los cuales serán usados por los sacerdotes en los distintos sacramentos, según prescriben las rúbricas.