El pasado 9 de junio con una misa presidida por Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Umaña obispo de la Diócesis de San Isidro, se erigió canónicamente la Fraternidad San Buenaventura; el acta constitutiva recuerda que en el marco de la celebración eucarística “habiéndose constatado el proceso de iniciación y formación en esta fraternidad y previa aprobación del Consejo Nacional de la Orden Franciscana Seglar de Costa Rica, del ministro general de la primera orden Pbro. Fray Jorge Dobles y en presencia del delegado del Consejo Nacional, el Hno. Giovanni Guzmán Madrigal” se aprobó esta fraternidad en Lourdes de Pérez Zeledón.
Esta nueva fraternidad que se conformó en la Diócesis de San Isidro, está constituida por los hermanos profesos: Pbro. Carlos Ernesto Espinoza González, Diác. Jesús Mora Segura, Luis González Hidalgo, Francisco Ureña Segura y Manuel Ureña Rojas; y los hermanos en formación Manuel Hernández Calvo y Noé Méndez.
Durante la homilía, Mons. Montero insistió que lo esencial, es comprender qué quiso San Francisco para vivirlo hoy nosotros, pues “san Francisco fue un hombre que redescubrió el lugar que hay que darle a Dios, único Señor y por tanto el lugar que debe ocupar en la vida nuestra… Dios es el Altísimo, él entendió la primacía absoluta de Dios en nosotros y todas las cosas, para él llegó a ser un Dios vivo, dinámico, bueno y cercano… él trató de ser un buen cristiano, un buen discípulo”.
Ante esto, el obispo precisó que “no es cierto que Dios esté en el primer lugar de nuestras vidas, eso es un engaño y una ilusión; está en tu mente, pero en mi vida práctica Dios no ocupa el primer lugar sino que metemos muchos dioses pequeños o grandes, y de eso se trata el proceso de conversión”; aplicando así a nuestra realidad las mismas enseñanzas del pobre de Asís.
Seguidamente, el obispo y fraile conventual fue indicando elementos esenciales de la vida y legado espiritual de San Francisco, entre los que destacó, que este santo “pasó a la historia como un hombre que enfatizó la virtud de la humildad, pues Dios le reveló cuán pequeño es el ser humano delante de Dios y cuán gran e importante se quiere hacer para darse importancia; las preocupaciones continuas para ocupar el primer lugar y el preocuparme por cómo me valoran los otros, y san Francisco descubrió una frase: el ser humano es lo que es delante de Dios y nada más, lo que piensen los otros es totalmente secundario”
“Pasó a la historia por haber hecho vida la idea de las comunidades cristianas, donde todos vivían igual, tenían todo en común y se consideraban todos hermanos… La categoría que Jesucristo vino a enseñar a la comunidad es la de hermano, porque Él se hizo hermano, y por eso San Francisco quiso que se llamaran hermanos menores… Esa categoría no entra en la mente de los seres humanos, esa categoría no es apreciada por la sociedad y a casi nadie le interesa”, indicó Mons. Montero al invitar a los nuevos hermanos de la fraternidad a rescatar estos valores esenciales del carisma franciscano.
Finalmente, indicó que otro redescubrimiento franciscano es “el misterio del dolor, pero de la alegría en medio del dolor, cómo se podía ser felices en medio de las ofensas, críticas y burlas, pues en medio de todas la cosas negativas que pueden hacernos, describió que en medio de eso, así como de la enfermedad se podía mantener la paz y la alegría”, y nuestro mundo no quiere sufrir, al contrario andamos en busca del sufrimiento mínimo posible, comento el obispo.
Por eso, la Orden Franciscana Seglar no podrá ser lo que tiene que ser, hasta que no descubra lo esencial del ser seglar y lo dicen los documentos de la Iglesia, indicó monseñor. “La belleza, grandeza y santidad de ser miembros del pueblo de Dios, bautizados sin ser sacerdotes u obispos, la gran mayoría del pueblo de Dios son seglares, descubrir esa grandeza de la vocación cristina y vivirla en medio del mundo, la promoción de los valores cristianos en medio de la sociedad, ahí está la clave de la franciscaneidad y la seglariedad, que ustedes que inician esta fraternidad no se queden en una fraternidad casi grupito piadoso y devocional, no se queden en eso, lo malo es quedarse en eso, Él los ha llamado a vivir el evangelio en medio de las estructuras del mundo y ahí promover el evangelio y el Reino de Dios”, precisó con vehemencia el obispo diocesano.