Los días 3 al 5 de noviembre tuvieron un tinte de gran alegría y gratitud a Dios, al celebrarse la Feria Vocacional en la Casa Santa María como una ocasión propia para reflexionar en este don tan extraordinario al que se nos ha llamado, como lo es la vocación.
Con distintas actividades, entre las que destacaban una noche de talentos que colmó el gimnasio del Centro Vocacional, una Vigilia de Oración de la cual participó Mons. Montero como obispo de San Isidro y reunió gran cantidad de personas en el templo parroquial de Lourdes, la celebración eucarística del día domingo presidida por el Pbro. Joaquín Calderón en su calidad de Promotor Vocacional, y otras actividades de interés formativo como fue la participación del Cuerpo de Bomberos, se quiso responder al lema: “Señor ¿qué debo hacer?
El mismo promotor vocacional, nos comentó la razón de ser de este evento, señalando 3 objetivos claramente definidos que motivaron al despliegue de tantos fieles comprometidos que sirvieron durante la Feria y de tantos otros que llegaron a compartir de lo programado. Así, entre los objetivos podemos señalar: “dar a conocer la Casa en sus 25 años ya que se está ampliando su misión cómo Centro Vocacional… un poco la idea de la cultura vocacional, la promoción de la vocación de los laicos, vemos la orden franciscana que existía y cuya sede es la Casa, también el diaconado permanente donde la sede es acá, y la formación de los jóvenes que se preparan para ingresar al Introductorio; otro objetivo era el poder hacer que muchos jóvenes, niños y familias enteras tuvieran contacto con los cristianos adultos que nos hemos comprometido con la vida de la Iglesia y la vida la fe, para que los mismos jóvenes se inquieten sobre su vida y su vocación, en el qué debo hacer…, cómo responderle el Señor y poder descubrir una luz del Señor para sus vidas; el tercer objetivo fue la oportunidad que se brindaba a las religiosas, religiosos y no solamente ellos sino también a muchos laicos que se han comprometido en la evangelización y dan testimonio de lo que creen y viven, para expresar la vivencia de su vocación y profesión, compartiendo así el don y el talento que recibieron de Dios, mostrando la alegría de vivir la fe, por eso, entre ellos habían también casados y solteros, todos al Servicio del Reino de Dios desde tantos campos tan diversos”, recordó el Padre Joaquín Calderón.
Como era de esperar, la Feria Vocacional tenía que dejar un mensaje para aquellos jóvenes que disciernen su vocación, a ellos el Promotor Vocacional les recordó: “yo les animaría a que no se cansen, que sigan con alegría esas pequeñas semillas que Dios ha sembrado…, no dejen de recurrir a la Palabra de Dios en ella pueden descubrir más luces y más guías de cómo dirigir sus vidas, Jesucristo mismo es el amigo cercano y sincero que nos va iluminando, Él sabe que debemos hacer, Él nos ha elegido, nos ha llamado a la vida que es la primera llamada, nos ha llamado también a una vocación…; no tengan miedo de preguntarle y ver hacia dentro de cada uno, ahí encontrarán respuestas… busquen asesoría y compañía, dirección espiritual de alguna persona ya cristiana comprometida con madurez espiritual, con madurez en el compromiso del Evangelio…, no se cansen tampoco de leer el testimonio de tantos santos que vivieron su fe con alegría, conocerlos a ellos nos dan pistas de cómo responder también nosotros…”
Finalmente, para quienes ya viven una vocación “no me canso de decirlo, vivan con alegría el camino que eligieron, ciertamente el mundo presenta muchos retos y desafíos, dificultades para vivir la vida que nos ha correspondido, la vida que elegimos, pero no se cansen de recordar aquel amor primero como dice el Apocalipsis, aquella intención primera que nos llevó a elegir ese estilo de vida, aquella fuerza, aquel impulso, aquel amor original que nos llevó a decidirse por la vida que hoy tenemos; sea usted casado, soltero, comprometido con Cristo en la Iglesia, consagrado, religioso o sacerdote… que no olviden nunca aquel impulso, aquel amor, aquella chispa, aquella alegría, aquel ánimo que los llevó a dar el paso o el brinco, que los llevó a dejar familias, que los llevó a arriesgarse, que los llevó animarse a ser intrépidos y valientes”, señaló con vehemencia el sacerdote Calderón Vargas.
De ser así hay un reto para quienes tenemos una vocación, y es que “todos puedan ver que somos alegres en lo que hacemos y estamos contentos de vivir lo que vivimos…, no es algo que es como una carga, sino estamos y damos al mundo lo que somos, lo que elegimos y al hacerlo así lo hacemos con gran alegría; eso también podemos hacerlo en todas las profesiones que vamos realizando, y esas profesiones que las elegimos también con alegría con libertad con toda nuestra voluntad porque fue con lo que más nos identificamos, pues igualmente que sirvamos con alegría…, que la alegría se note, es alegría de servir sin importar la profesión… así es como el mundo se va transformando”, precisó el Padre Joaquín.