La comunidad parroquial de San Pablo de León Cortés vivió con mucha alegría la grandiosa noticia de que un hijo de su tierra haya sido ordenado sacerdote el pasado sábado 4 de febrero, es por esta razón, que exultó aún más de gozo un día después al compartir lo más sagrado que tenemos los católicos, cuando presidiera el misterio eucarístico al ser las 6:00 pm en su tierra natal.
Con el templo parroquial colmado de fieles, la presencia de algunos sacerdotes amigos y un clima característico del verano en Los Santos, inició la celebración de la Eucaristía que se extendió por dos horas.
Como es costumbre, la homilía estuvo a cargo de un sacerdote amigo del neopresbítero, en este caso, el Padre José María Solís de la Diócesis de Alajuela, se dirigió a los presentes situando el momento histórico y de fe, indicando que “el sacerdocio del Padre Jesús Rafael es un don para nosotros, es un muchacho joven, inteligente y deportista que quiere entregarle la vida al Señor y que desde ayer nos hace presente a Jesús Buen Pastor”.
Con las lecturas del día, el Padre Solís recordó que “nosotros debemos dejarnos iluminar por la Palabra, salgamos de acá a iluminar a las personas, porque lo que Dios quiere como ofrenda es que no nos cerremos al prójimo, no pasar indiferente ante el dolor ajeno”. También enfatizó que el evangelizador debe ser consciente de “la fuerza suprema de la sabiduría de la Cruz, consciente de su propia debilidad, pero dócil al Espíritu”, siendo la única forma posible para poder vivir la tarea que nos pide el Evangelio.
Con el Evangelio, insistió que “la sal y la luz tienen un efecto positivo en aquello que tocan, la sal saca lo mejor del otro y la luz provoca el poner en evidencia la belleza de las cosas; por eso Cristo vino al mundo para iluminarnos y para que nos diéramos cuenta que somos hijos de Dios, hijos que ama y para quienes tiene un proyecto”. Es por esto, agregó el sacerdote Solís, que “la vida cristiana no está hecha para esconderla, sino para compartir la luz de Cristo”.
Y dirigiéndose particularmente al nuevo presbítero, señaló: “Jesús identifícate con el que sufre, no te cierres al prójimo…, realiza el ministerio que el Señor te ha confiado en nombre de la Iglesia, no basado en la fuerza y la inteligencia, sino en la sabiduría de la Cruz de Cristo que murió y resucitó”. Estás llamado a “afectar positivamente a los demás, a dar sabor y sacar lo mejor de los demás….; no busque fama, sino que la acción de Dios pueda actuar en la vida de las personas y sepan describir lo que Dios hace en ellos…; para dar sal y luz hay que gastarse, como Juan Bautista es necesario que yo baje para que él suba, no brille para que te vean, sino para iluminar con la luz de Cristo”. Y agregó, “ilumínanos con el ejercicio sacerdotal, trayendo al altar al que es la luz verdadera y la sal del mundo”.
Luego del banquete celestial preparado por el hijo de la tierra de San Pablo, los educadores de la zona y otros pobladores rindieron un homenaje al nuevo sacerdote mientras le obsequiaron una casulla blanca (ornamento sacerdotal). La fiesta siguió con el compartir de los alimentos, cuando en las aulas del complejo parroquial se preparó la recepción a todos los presentes, la cual se desarrolló entre alegre música y anécdotas.