En el inicio de la Visita Pastoral a la Parroquia San Rafael Arcángel de Platanares, Mons. Montero presidió la Eucaristía al ser las 8:00 am en el cementerio de San Pablo, con ocasión de la celebración litúrgica de la Conmemoración de los Fieles Difuntos.
Posteriormente, visitó la Escuela de San Pablito, ahí recordó a los niños, la docente y padres de familia presentes que “el ser humano sin Dios no es nada”. Por su parte, la educadora le comentó las dificultades que sufre la población estudiantil y conoció parte de la historia de dicho centro educativo.
Por la tarde, durante el encuentro sostenido con los catequistas, señala el Pbro. Carlos Ernesto Espinoza, Administrador Parroquial, que el obispo hizo un llamado vivir la espiritualidad que se funda en un trípode: formación, oración y testimonio; sólo así la catequesis será creíble.
Sobre este primer elemento, señaló: “formación que da la diócesis, formación que pueden buscar por su propia cuenta, formación que encuentran hoy día en muchos libros, en internet, en universidades a distancias, en el Instituto Teológico a distancia, en fin, por oportunidades de formación no podemos quejarnos hoy día; un catequista bien formado sabrá llamar la atención de los niños más dispersos que hay en nuestra sociedad, pero si es aburrido, mal preparado y anticuado, con más facilidad los niños se van a desinteresar”, precisó.
En cuanto a la oración, recordó que es “absolutamente necesaria, sin pedirle al Señor de la mies nunca habrá obreros para esa mies, y si el Señor no construye en vano se cansan los albañiles, y si no oramos con el Padre Nuestro vénganos tu Reino, porque el Reino hay que pedirlo; no basta con hablar muy bonito, no basta con leer muchos libros y tener muchos títulos, si no dejamos todo en manos de él”.
Con los Delegados de la Palabra se abordó el tema del avance de las sectas y la secularización que se presenta en las ciudades y comunidades; ante esto, Mons. Montero resaltó que los católicos en este ambiente debemos ser puente de encuentro y nunca de conflicto. A los delegados les dijo “ustedes son encargados de animar la comunidad cristiana, alimentarla con la Palabra y la Eucaristía, una de las funciones más importantes que hay en la Iglesia católica es tener responsabilidad en el ministerio de la Palabra y de la Eucaristía, que puedan seguir desempeñándolo de la mejor manera posible, que el Señor les ayude”, puntualizó.
Finalmente, con las Comunidades Neocatecumenales, resaltó que son un reservorio de catolicidad y de vida, en una Costa Rica que escogió el camino de la muerte. Indicó que “el Camino Neocatecumenal es una forma válida para llegar a convertirse y llegar a vivir una vida según el evangelio”. Al tiempo que les felicitó, por estar integrados en la vida y el servicio parroquial, recordando que todos debemos estar dentro del marco que es la comunidad parroquial.