La romería de Coto Brus nos regalaría un nuevo testimonio de vida, en esta oportunidad, queremos conocer a Gustavo Prendas Madrigal, un alegre joven amante del fútbol, un joven servicial que vive un momento crucial en su vida, y que en un abrir y cerrar de ojos, todo parece detenerse por un momento.
Este joven de apellido Prendas, realiza actualmente su séptima romería y cuenta para Radio Sinaí 103.9 FM, lo que vivió aquel 16 de octubre del 2017 cerca de la localidad de San Rafael en Sabalito, ahí «el carro me derrapó y no pude controlarlo, después vino el golpe, prácticamente no me acuerdo más hasta que volví en sí, un mes y veinte días después», precisó.
«Mis amigos y familia cuentan cada cosa que yo me quedo en seco, yo me pongo a pensar y siento que no me ha pasado nada… , pero así fue», relata este joven aún visiblemente conmovido.
Gustavo Prendas, también nos contó que ocurrido su accidente, fue trasladado de urgencia al Hospital Escalante y casi de inmediato a San José; le comentan que ahí empezaba otra lucha, pues «rápidamente, me colapsaron los riñones, dicen que el doctor decía que iban a ponerme un medicamento y que si no respondía en 48 horas moría, pero a Dios gracias no fue así, y acá estoy, luchando por mi vida».
Aunque todo romero sabe que la peregrinación se compene de etapas y retos a vencer, la especial romería que ahora atravesaba Gustavo en carne propia, le ponía un nuevo reto; ahora, una alta temperatura ponía, una vez más, en riesgo su vida, y con claridad meridiana sus familiares conocían de parte del doctor encargado que una posible convulsión acabaría con la vida.
Como si el panorama descrito anteriormente fuera poco, como si los retos de esta especial romería no acabaran, como si el bien pareciera esconderse ante el ojo humano, un nuevo reto se asomaba cual cuesta empinada del camino; y al término de una diálisis, los doctores descubren una tos que piden revisar porque no les parece normal, tras unas placas, confirman el diagnóstico de presencia de líquido en el pulmón derecho fruto de una infección, su condición nuevamente es crítica, pero tratado a tiempo y por intercesión mariana, logra conquistar un nuevo triunfo de vida, al poder mediante un sello de tórax, extraérsele casi litro y medio de líquido e infecciones.
Hoy, Gustavo Prendas, camina hacia la Negrita «para darle infinitas gracias, así tenga que llegar de rodillas o de cuatro patas, como se dice; pero yo tengo que caer a sus pies». Comenta además, que sus familiares le cuentan, «haber visto en su etapa más crítica, a una especie de enfermera que les alcanzó un vidrio, sugaremente del mismo accidente, y les dijo que luego lo llevarán a la Negrita, dando gracias porque él estaría bien»; momento que su familia le da carácter místico, pues nunca pudieron conseguir aquella enfermera de color castaño y con características de luz que vieron durante los momentos más apremiantes de su crisis.
«Soy un milagro, los mismos doctores lo dijeron al darme la salida, su estado era prácticamente muerto; por eso, como le digo a mis amigos y familia, para atrás ni para tomar impulso…, aquí estoy, Dios me dio la oportunidad», no se cansa de afirmar Gustavo, a quien le pregunta sobre su historia.
Finlamente, Tavo, como le dicen de cariño entre los romeros, quiso dejar un profundo mensaje de fe a los jóvenes, «yo hago la romería por agradecimiento, la hago pasito a pasito, por eso les digo que no ignoren el poder de Dios, porque a como me pasó el accidente a mí le puede pasar a alguien; hay que dar gracias a Dios, Dios me da esta oportunidad de vida y hay que aprovecharla, no esperen a que les pase un accidente para aprovechar la vida, oren y recuerden que Dios tiene tanto poder que si él desea llevarnos lo hara en un abrir y cerrar de ojos… No dejemos pasar esto, busquemos de Dios, busquémoslo…, porque el poder de Dios es incomparable».