El pasado sábado 6 de mayo al ser las 5:30 pm, el pueblo de San Ramón Sur de Pérez Zeledón fue testigo de una hermosa celebración eucarística, donde 3 jóvenes seminaristas de nuestra diócesis fueron admitidos como candidatos a las órdenes sagradas.
Carlos Valverde Elizondo originario de Copey de Dota, Jorge Sancho Arrieta de San Joaquín de Flores en Heredia y Leonardo Vargas Fallas hijo de aquella tierra de San Ramón, llegaron con grandes ilusiones al gimnasio de la localidad donde todo estaba a punto para la gran fiesta de la fe; la fuerte e imperante lluvia de aquella tarde y noche no fue obstáculo para que fieles venidos de todos lados, manifestaran llenos de gozo la fe en el resucitado, proclamaran a Jesús como Buen Pastor, agradecieran por el don de la vocación de estos hermanos y colmaran aquel recinto que se convirtió en templo privilegiado.
La admisión a la candidatura, forma parte del proceso que se realiza durante el periodo de formación inicial de cara a la preparación para las órdenes sagradas, dicho rito que está prescrito en el Código de Derecho Canónico ha de efectuarse antes de que los elegidos sean ordenados; de esta manera, si bien el presente acto no obliga a ninguna de las partes, si constituye un paso importante en este camino de discernimiento.
Al respecto, durante la homilía, Mons. Montero indicó “es un paso importante en su vida, se han preparado en muchos años y la meta es llegar a los ministerios ordenados, caminan lentamente hasta llegar a una mayor claridad, y la Iglesia da una palabra para que puedan recibirlo, es un compromiso de seguimiento al Buen Pastor… Pastor al que quieren seguir, para que un día puedan ser pastores en su nombre”.
Aprovechando el contexto del domingo del Buen Pastor, Mons. Montero se dirigió a los jóvenes exhortándolos con vehemencia: “están llamados a identificarse con esa figura maravillosa de Buen Pastor, hay que ser Buen Pastor, y eso es diferente, es ser según la mente y el corazón de Jesús; hay cosas que hay que grabarse en su mente y corazón desde ahora y para siempre… el Buen Pastor es quien entra correctamente y decentemente, respetuosamente, entra porque ha sido llamado y no se mete a la fuerza con violencia, como ladrón por la ventana… la autoridad no se compra, no se fuerza, no se adquiere por votos o méritos, sino que es don que viene de Él”.
“El pastor se desvive por las ovejas, busca lo mejor y no cualquier porquería para ellas; no sólo las saca en busca de pastos sino que Él va delante porque va guiando, pero también porque es él quien pone la cara para defenderlas cuando viene el lobo, está dispuesto a arriesgar la vida por ellas, y por eso dirá da la vida por las ovejas…, es el primero en tomar el riesgo delante de los enemigos”, argumentó Mons. Montero durante la predicación.
Con la lectura del día, el obispo aconsejó a los candidatos a seguir el ejemplo de San Pedro, pues éste se presenta como pastor bueno predicando con la verdad, señalando con claridad el error del pueblo y mostrando la misericordia que viene de Dios, invitando a la conversión; ante esto Mons. Montero precisó: “es por Él quien debemos trabajar, no se conquista gente para sí, sino para llevarlos al encuentro con Jesús”.
Finalmente, el obispo recordó a los jóvenes que el camino de servicio a Dios en los hermanos nunca será fácil, y la misión de ser pastores tendrá una cuota grande de sacrificio; al respecto, Mons. Montero indicó: “Pedro les dice, si ustedes quieren ser pastores tienen que estar dispuestos a sufrir por la gente; después de hablar (predicar) llegará el momento de callar, y te abofetearán y humillarán, pero tendrás que confiar en Aquél cuya causa estas defendiendo, porque abofeteado no respondió con violencia, criticado resistió a las oposiciones…, porque el Pastor se mantiene firme sabiendo en quien ha creído y en quien espera; será necesario estar dispuestos a sufrir en el silencio y por amor, porque el pastor lo que quiere es que también el corazón de quien les está haciendo mal se convierta”.