Este sábado 15 de octubre, Mons. Montero con ocasión de la Visita Pastoral a General Viejo visitó algunas comunidades, luego se reunió con el Consejo de Evangelización Parroquial, ahí se le ha mostrado el proyecto que se realiza con misiones constantes y un marcado espíritu misionero fruto de un proceso como experiencia de fe, se resaltó la importancia de ir tomando conciencia de parroquia y por ende la participación como tal; igualmente se le mostraron las debilidades o retos a trabajar en donde se confía en el auxilio divino.
Este domingo 16 de octubre Mons. Montero presidió la celebración eucarística en seis comunidades de la parroquia, en todas ellas, agradeció por la generosidad mostrada durante estos días de visita pastoral. Se inició con un desayuno en la comunidad de Quizarrá, luego se visitó la comunidad de Peñas Blancas, posteriormente se celebró la fiesta patronal en honor a Nuestra Señora del Rosario en La Hermosa; por la tarde se visitó Montecarlo en donde fue recibido por los niños con vítores y palmas, luego se visitó La Linda y se concluyó en el centro parroquial en donde el pueblo agradeció al obispo con un mariachi.
Durante una homilía de este domingo, nuestro obispo recordó “que hay que orar de forma insistente y perseverante, para vencer al enemigo que es el mal”; agregó que “la oración será el instrumento para vencer el mal y las injusticias”. “Hay que valerse de todos los medios y todas las ayudas para poder vencer el mal”, puntualizó al recordar cómo Moisés fue ayudado por Aarón y Jur en la batalla que sostiene Josué contra Amalec.
“La oración requiere mucha fe, para orar con convicción y saber que tarde o temprano Dios hará su obra”; al respecto recordó que en Costa Rica estamos queriendo tomar la justicia por nuestras manos, por eso hay tanto asesinato y tanta violencia y eso no puede ser, cayendo en la crítica, los juicios y los malos deseos para los demás. Ante esto, recordó que “el cristiano ante la injustica responde con la oración, porque el mal no se vence con el mal; se responde con amor ante el odio”, precisó.
Al recordar las injusticias, indicó que “aunque decimos que vivimos en el país más feliz del mundo, sabemos que acá hay injusticias, por ejemplo la evasión de impuestos, donde los que pagan menos son los que más tienen, y por eso hay tanta pobreza”; ante eso, no podemos quedarnos con los brazos cruzados y sufriendo carencias, es preciso cambiar nosotros y cambiar los demás, “y éste es el poder de la oración, para que Dios escuche nuestra plegaria; siendo responsabilidad nuestra hacer algo para que cambien estas situaciones”.