El clero diocesano participó casi en su totalidad de la Misa Crismal del año 2012, celebrada en la Catedral de San Isidro de El General este Lunes Santo.
(San Isidro, 02 de Abril de 2012) Monseñor Guillermo Loría Garita, Obispo de la Diócesis de San Isidro de El General, presidió la mañana de este lunes santo la Misa Crismal, acompañado por sus casi 50 sacerdotes y una gran cantidad de fieles presentes en el Templo Catedral.
En su homilía, Monseñor Loría transmitió el saludo que el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, pidió se hiciera llegar a los sacerdotes y fieles de todo el continente en su pasada visita pastoral a México. Entre las inquietudes del Santo Padre, destacó el llamado de su Santidad para que los Obispos tengan especial cuidado de sus seminaristas y sacerdotes.
Dirigiéndose a su presbiterio expresó que, “en la última cena, Jesús instituye el sacerdocio… pidiendoles que “renovemos, en esta hora, nuestro sí al Señor”. “Los presbíteros son los más inmediatos colaboradores del Obispo… el Obispo agradece a Dios que tiene un equipo de discípulos con los que cuenta para el acompañamiento espiritual de tanta gente. Hoy, el Obispo de San Isidro da gracias a Dios por cada uno de ustedes, porque en ustedes se mira la colegialidad de una Iglesia que se sabe una familia”. Monseñor pidió a sus sacerdotes “su comprensión hacia su padre como ser humano”.
“Mirando los ritos de ordenación sacerdotal, desde el inicio se hace la consulta sobre la idoneidad del aspirante. Que hermoso momento, la vida comienza a cambiar ya que se asume el compromiso público de no vivir para sí, sino para Dios, para la Iglesia y para la comunidad. El sacerdocio no se impone a nadie, se ha tenido un proceso de discernimiento que nos permite estar bien claros en nuestra opción. Esto nos hace abrazar con claridad el celibato», dijo.
Monseñor Loría hizo un llamado a sus sacerdotes a “vivir con dignidad y respeto los sacramentos. Nadie puede hacer lo que nosotros hacemos: bautizar, ser instrumento de perdón, servir el Pan Eucarístico, ser instrumento de bendición, nunca de maldición. Somos la imagen del Dios bueno entre su pueblo. Igualmente, les pidió reafirmar el sí pronunciado el día de la ordenación sacerdotal.
Además, advirtió a los sacerdotes sobre el activismo extremo que puede comportar peligros para un sano ejercicio del ministerio sacerdotal: “contamos con un clero incansable en su trabajo, contamos con un clero valiente, esto me alegra, pero no vayan a ser víctimas del síndrome del trabajador desgastado, los queremos sanos en todo el sentido de la palabra”, afirmó.
Monseñor hizo alusión también al Año de la Fe convocado por Su Santidad Benedicto XVI y que coincide con el 50 aniversario de la realización del Concilio Vaticano II; y también del próximo Congreso Eucarístico convocado para el año 2013, señalando que “todo es una bonita ocasión y un lugar teológico para que el sacerdote y la comunidad creyente reaviva su fe en la presencia del Señor en la Eucaristía.
El Obispo de San Isidro finalizó su homilía llamando a sus sacerdotes a “vivir el ministerio sacerdotal con alegría, de manera que los jóvenes que los observen, se enamoren de Jesucristo”.
En la Misa Crismal que se prolongó por casi dos horas, se hizo memoria y oración por sacerdotes que, habiendo prestado sus servicios en la Diócesis, hoy están en la presencia de Dios.