MFC celebra el DILA en nuestra diócesis

Este domingo 3 de julio en Pedregoso de Pérez Zeledón, se desarrolló el DILA o Día Latinoamericano 2016, donde los conferencista del Movimiento Familiar Cristiano celebraron con gran alegría la familia y el paso de Dios por sus vidas. En una actividad que dio inicio a las 8:00 am y que contó con la celebración eucarística presidida por Mons. Montero, obispo de nuestra diócesis, se desarrolló con gran gozo esta festividad, que contó también con actos culturales, concierto, presentaciones y el tema “Retos para el MFC” a cargo del Pbro. Oscar Navarro, Vicario Episcopal para la Familia.

En esta actividad, Omar Armengol y Silvia Rivera, presidentes del MFC a nivel nacional, recordaron que “la gente llegaba al Movimiento Familiar Cristiano por algún problema, el cual buscaban resolver en un Encuentro Conyugal, pero no sabían que quien arregla el problema no es el encuentro, sino Jesús que debemos encontrarlo a través del kerigma, el cual primero es personal y luego en el matrimonio, Cristo en medio de los dos.” Silvia, su esposa, por su parte nos comentó que el DILA es un día donde se reúnen a nivel latinoamericano y en donde se comparte como hermanos dándose a conocer y mostrando la felicidad de las familias.

Recordó que el MFC “tiene espacio para niños y jóvenes, también para novios, de tal manera que se puedan ir preparando a formar parte del MFC como matrimonio”, el presidente nacional señaló que “hoy los jóvenes no se quieren casar por el mal testimonio que incluso los padres dan a sus propios hijos”. Al tiempo que Silvia señaló que “Jesucristo no puede dejarse en el atrio de la Iglesia luego de la celebración del matrimonio, sino que debe llevarse a casa”, ahí está la diferencia.

Mauren Zúñiga, de la Parroquia San Isidro Labrador de Chachagua de Peñas Blancas (Diócesis de Ciudad Quesada), nos contó que tiene 10 años de vida matrimonial e igual tiempo de vivir esta experiencia, señaló “que sus hijos aman el apostolado y ahí los niños son bienvenidos pues es un acercamiento para Cristo y con Cristo, y es gracias a esta experiencia que podemos continuar”. Indicó “que Dios no es un paraguas, no hay que esperar tener problemas para buscarle; cordón de tres no se rompe, en el matrimonio somos tres el esposo, la esposa y Cristo y si estamos de la mano de Dios vamos a perseverar, el MFC es una oportunidad que nos ofrece el Señor para poder perseverar en la fe y dar testimonio de vida”, puntualizó.

Jonathan Durán y Angélica Monge de la Parroquia de San Isidro (San Isidro de El General) coincidieron al afirmar que este movimiento ha sido para ellos de mucha bendición, ingresaron al MFC recién casados, cuentan que “los beneficios son innumerables, porque reciben otras familias, hablan de temas actuales y desde la Iglesia enfrentan todas las situaciones”; fue esto lo que les llevó a involucrarse cada día más, hasta ahora pertenecer a la Pastoral Familiar y servir también como catequistas en la Catequesis Matrimonial. “Al estar en la Iglesia se podría creer que uno trabaja para la Iglesia, pero no es cierto, es la Iglesia la que trabaja en nosotros haciéndonos un matrimonio muchas más unido y comprometido”, señaló con firmeza Durán.

Angélica recordó que el estar en la Iglesia “no significa que no vamos a enfrentar pruebas, sino que el movimiento nos da esa herramienta de cómo enfrentar esas situaciones que se dan en el matrimonio, como la falta de comunicación al enseñarnos a dialogar entre nosotros y con los hijos…, nos da ese sentimiento de participar y de decir aquí estamos como familia y aquí estamos de la mano de Dios”. Por su parte, Jonathan Durán pidió a las parejas con planes a casarse “tener claridad total del compromiso, del Sacramento del Matrimonio, que no es una situación social y de amor entre dos, sino que ahí se involucra a tres porque se involucra a Dios, entonces el compromiso es con Dios desde el momento en que decimos sí, y ese compromiso tenemos que irlo haciendo crecer conforme va creciendo el matrimonio y la pareja; buscar a la Iglesia no se vuelve un peso, es una responsabilidad pero que nos aliviana la carga, porque sabemos y tendremos herramientas para superar los problemas del día a día”.

El Pbro. Oscar Navarro hizo referencia a que “es un día de fiesta, fiesta para toda la familia, por eso se inició con la mayor fiesta que es la Eucaristía, y como fiesta sana hay música, cimarrona, y otros”; sobre su misión en la Iglesia, recordó que el “MFC trabaja en las catequesis matrimoniales, en los encuentros conyugales y trabaja en el fortalecimiento de las familias y especialmente de la pareja a partir de la columna fundamental que es el matrimonio obviamente entre un hombre y una mujer, el matrimonio sacramental; hoy estamos viviendo que a pesar de las circunstancias que atraviesa nuestra sociedad y cultura, todavía hay familias que luchan por la fidelidad, por la congruencia, por los valores religiosos-espirituales y por la transmisión de la fe”; siendo un evento de la Pastoral Familiar, a través de este aspecto del MFC.

El señor obispo, dijo en su homilía, que las lecturas nos hacen referencia al don de la paz que Él quiere darnos, pues tenemos que llevar la paz a las familias, anunciando con San Pablo que el gran secreto de la paz es la Cruz de Jesucristo. Recordó “que todos deberíamos ser hijos de la paz, pero lamentablemente no lo somos, la paz es fruto de la Resurrección de Jesucristo, esa paz está siendo rechazada por muchas personas, familias y grupos…, hoy día el matrimonio está sufriendo porque tiene gran cantidad de enemigos que le hacen la guerra, y todo eso se resume en una falta de paz dentro de nuestro corazón, en las relaciones humanas, en el matrimonio y a veces en el seno de la misma Iglesia…; en la sociedad costarricense algo anda mal, porque la violencia está creciendo hasta límites insospechados…”.

La falta de paz nos envenena, puntualizó Mons. Montero. Razón por la cual, indicó que nosotros llevamos muchos años culpando agentes externos como responsables de la crisis matrimonial, y aunque hay cierta razón, dijo “hay muchos enemigos del matrimonio dentro de nosotros mismos, porque hemos fallado también nosotros, no echemos sólo la culpa a los demás”, enfatizó. “Hemos fallado al presentar un modelo de vida cristiana realmente convincente, hemos fallado en mostrar la teología del matrimonio, y hemos fallado porque seguimos casando gente que no está preparada para asumir un compromiso cristiano… y hemos fallado porque hay muy pero muy bellos ejemplos de matrimonios buenos y santos que no hemos sabido presentarlos como verdaderos modelos a seguir… que llevan las marcas de la Cruz de Cristo pero con alegría…”, finalizó.

Etiquetas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *