Al caer la tarde de este 31 de mayo, Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Umaña, obispo de la Diócesis de San Isidro presidió la Eucaristía en la Catedral, recordando que esta celebración revestía una particular connotación, al realizarse la entrega a María, con la cual “nos confiamos a ella, nos ponemos bajo su protección, nos declaramos sus hijos fieles y muy queridos”.
Durante la celebración, a la que asistieron numerosos laicos, el prelado afirmó que “en este acto mariano, los fieles cristianos católicos entregan el país entero a nuestra madre la Virgen María”, señalando posteriormente, el grave peligro de haber caído en el error de alejarnos un poco de ella.
Así, hizo un llamado a valorar realmente el papel y la misión de María, afirmando que si bien muchas veces manifestamos nuestra fe en ella, “los índices del país muestran otra cosa, los índices de pobreza y de violencia muestra otra cosa, y las cosas que están saliendo ahora, como los abusos contra la mujer, el acoso en las universidades y una Costa Rica que está llena de discriminación, de violencia e injusticias, demuestran que si somos un pueblo mariano tendríamos que ser un pueblo eminentemente cristiano…, y eso evidencia que aún nos falta mucho”, enfatizó.
“Costa Rica tiene mucho que hacer para acercarse a la Virgen María si quiere realmente acercarse a su Hijo Jesucristo, vemos muchas leyes que se quieren tramitar y decisiones que se quieren tomar que no van en el camino de Jesucristo, que van contrarias a la ley de Dios…, eso tenemos que corregirlo”, afirmó el prelado, mientras invitó a los católicos a tomar en serio esta entrega en la lucha de la defensa por los valores del Evangelio.
Así, en el contexto de la celebración litúrgica, el obispo de la diócesis sureña hizo ver la actitud de Isabel que saluda con gran reverencia a María, como actitud que nosotros hemos de imitar; y de María descubrir cómo a pesar de las alabanzas de las que es objeto, “se mantiene como una simple sierva, no tomó actitudes de gran señora, de reina, de superioridad, fama o gloria humana, sino que María se mantiene en su más grande humildad, con su único deseo de servir a Dios y a los demás”, indicó.
Finalmente, los fieles que abarrotaron la Catedral de San Isidro y junto a quienes se unieron por medio de las ondas de Radio Sinaí 103.9 FM, realizaron con su pastor diocesano la oración que fue preparada para este acto de entrega a María.