Monseñor Montero enseña a su rebaño

El tercer día de Visita Pastoral a la Parroquia Medalla Milagrosa de Agua Buena inició con el rezo de Laudes en la Capilla del Santísimo del centro parroquial. Posteriormente, dedicó tiempo para visitar algunos centros educativos, primero la Escuela Lider de Copabuena y luego al Liceo de Agua Buena. En la escuela dijo que “estaba feliz porque le recordaba cuando él estudió…”; seguidamente ofreció un mensaje en donde pidió “que fueran buenos hijos y respetaran a sus papás…, no se olviden de sus papás”, ahí recordó las palabras del papa Francisco y les pidió que “escuchen a sus mayores, escuchen a sus abuelos, denle espacio e importancia, no desprecien a los mayores, ellos merecen nuestro respeto”, señaló.

Por la tarde celebró la Eucaristía en la comunidad de Los Ángeles, ahí procedió a bendecir la escuela donde recordó que “una bendición no es seguro contra incendios, robos…, la bendición se hace para que el local sea consagrado a Dios y para darle gracias a Dios de haberla recibido, y porque queremos usarla como Dios quiere”, señalando que el lugar como tal debe estar al servicio del pueblo. Durante la Eucaristía recordó la importancia del pronunciamiento de la Iglesia con el Concilio de Éfeso en el año 431 cuando declara a María Madre de Dios, fruto de eso se erige la primera Iglesia de Occidente dedica a María que es la Basílica de Santa María Mayor en Roma, de ahí se desprende la importancia de que en muchos pueblos como en Los Ángeles haya templos y comunidades que tienen por patrona a la Madre del Cielo.

También celebró la Eucaristía en Concepción, ahí durante la homilía y basado en el Evangelio dijo que “negarse a sí mismo, es renunciar a ciertas cosas que nos gustaría hacer pero que nosotros sabemos que no podemos hacer porque no es voluntad de Dios, porque son malas y nos hacen daño y mal a los demás; es saber tener dominio de sí mismo”; recordó que hoy en Costa Rica hay una actitud de poco obedecer “y por ese camino vamos mal”. Por esto, hay que “aprender a decir que no”, precisó. Indicó también, que tomar la cruz es “aceptar las cruces de la vida, es decir, los problemas, las dificultades, las contrariedades de la vida… saber llevarlas con calma”.

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