Niños, padres y catequistas viven misericordia

El pasado domingo 23 de octubre, los niños de catequesis, con sus padres ylos catequistas de la de la pequeña y humilde comunidad de la Purruja, perteneciente a la Parroquia San José de Golfito, hicieron vida el pleno y auténtico sentido del Año Jubilar de la Misericordia.

Muy temprano, luego de vencer los miedos propios de quien se lanza a la misión, se logró realizar el sueño que surgió en el corazón de Virginia Torres, coordinadora de la catequesis de dicha comunidad, quien con la gracia de Dios organizó un significativo grupo de 22 niños, alrededor de 12 padres de familia y algunos catequistas, quienes con antelación habían gestionado con ayuda de otros agentes ingredientes y donaciones para ir a visitar a las personas que viven en la calle del muy conocido Golfito.

“Fue una misión y fue vivir la obra de misericordia, queríamos que niños y padres de familia, tuvieran la experiencia de llegar donde están los indigentes; a todos se les dio comida y su postrecito, se les dio pasta para dientes, jabón y cepillo, así como alguna ropa”, señaló con gran alegría la organizadora de esta experiencia de fe. El objetivo era que “tuvieran ese contacto de vivir al lado de alguien que no tiene lo que ellos si tienen, de ver cómo comen con tantas ganas y cómo ellos piden más, y por gracia de Dios tuvimos para darles”, precisó Torres.

Lo que vivimos en el Parque Central de Golfito en Pueblo Civil, “fue una experiencia que nunca se había realizado, al principio da un poco de miedo, pero me animé y logré que las catequistas también se unieran; los niños llegaron y disfrutaron de la actividad; para los niños al inicio fue impactante cuando empezaron a llegar los indigentes por su aspecto de mal vestidos, sucios y afectados físicamente, eso impacta; pero ya luego empezaron a ver cómo tomaban la comida con mucho respeto y se admiraron mucho de ver cómo ellos cerraban los ojos, bajaban su cabeza para orar, y con mucha fe daban gracias a Dios por los alimentos que se les dio”; todo eso fue una enseñanza, estar ahí se convierte en una escuela de vida.

Podemos decir que esta experiencia tenida con personas en estado de calle, “fue una bendición, agradecemos infinitamente a Dios que nos haya permitido llevar estos niños a estar cara a cara con la necesidad, con el hambre, con aquellas personas que la sociedad mira mal; ellos pudieron estar frente al necesitado, ante aquella persona indigente que también es hijo de Dios, y que nosotros podemos ayudarles”, recordó.

 

 

Etiquetas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *