Este domingo 5 de febrero, la comunidad parroquial de San Ramón Nonato en San Ramón Sur de Pérez Zeledón, recibió con gran gozo al Padre Gerardo Fernández Hernández como su nuevo párroco, sacerdote que servirá en esta extensa parroquia junto al Padre Carlos Ernesto Espinoza González que será su vicario.
El rito de la entrega de esta parroquia estuvo a cargo del Pbro. Luis Gerardo Fernández Solano, Vicario General de la Diócesis de San Isidro; durante este rito, el Padre Fernández Hernández al llegar al altar profesó la fe y manifestó su adhesión a las enseñanzas de la Iglesia, seguidamente se le entregó la pila bautismal y la sede del confesionario como lugar de la misericordia.
Así, en el marco del V Domingo del Tiempo Ordinario, la lectura del Evangelio acompañó la iluminación para esta parroquia, llamada a ser en sus miembros sal y luz en medio del mundo, haciendo por tanto presente al Señor en todos los ambientes, familias y comunidades.
En entrevista para Radio Sinaí 103.9 FM, el Padre Gerardo Fernández Hernández, dijo: “me siento muy agradecido con Dios de saber que me ha llamado a colaborar en esta Parroquia de San Ramón Nonato, me siento muy contento de saber que puedo servir, contento de saberme tomado en cuenta por Dios”. Y añadió, “esta parroquia también significa para mí el amor de Dios, amor que se manifiesta a través de cada uno de sus miembros, cada una de sus familias, cada una de sus comunidades; ese rostro de Dios, en cada una de las comunidades y de las personas, sé que Dios sigue manifestando su amor en mí”.
“Me siento realizado de saber que hoy empieza un nuevo reto, es un reto porque estamos viviendo situaciones difíciles para el cristiano, para responder a ese llamado que se nos hace cada día; sin embargo, yo espero que la parroquia y cada uno de sus fieles formen parte de un gran equipo y juntos podamos construir el reino de Dios, Reino de justicia, de paz, de amor”, precisó el nuevo párroco.
Finalmente, manifestó: “espero que cada una de las personas pongan al servicio de Dios sus carismas, y juntos podamos construir esa comunidad santa que Dios desea, que no me vean como un jefe sino como un compañero, como un amigo, como un sacerdote cercano. Le pido a Dios la gracia y la sabiduría para poder llevar adelante esta misión, estos nuevos retos y desafíos en esta nueva parroquia. El Señor los bendiga, y espero de cada persona de esta comunidad siempre entendimiento, comprensión, paciencia y servicio”.