El pasado 10 de diciembre, en el contexto de Visita Pastoral a la Parroquia de Sabalito, Mons. Montero dio inicio a la cuarta jornada con el encuentro para los miembros del Consejo Parroquial de Evangelización; ahí, se entregó informe del accionar de este organismo parroquial y se prosiguió con la presentación del Programa Parroquial de Evangelización para el período 2017 – 2020.
Por la tarde del sábado, se llevó a cabo el Encuentro con Movimientos y Grupos Apostólicos de la parroquia, entre ellos: Comisión de Formadores del Tronco Común, Renovación Carismática Católica, Pastoral Social, Comunidad Pequeños Hermanos de María, Pastoral Juvenil, Camino Neocatecumenal, Pastoral Familiar, Comisión de Catequesis, Grupo de Cenáculos del Santo Rosario, Pastoral de la Salud, Grupo de Oración por las Vocaciones, así como de la Comisión de Liturgia.
Cada uno de los movimientos o grupos dispuso de diez minutos para compartir con Monseñor Fray Gabriel Enrique Montero, Obispo de la Diócesis, aspectos tanto positivos como negativos de su accionar en particular. Al concluir la exposición, Mons. Montero, les dirige un mensaje como Pastor propio de esta porción de la Iglesia y les anima a “seguir adelante en esa lucha constante en el proceso evangelizador y en la misión para la que se les ha llamado a cada uno, conscientes que no están solos, sino que cuentan con la especial compañía de Dios, Buen Pastor, que nunca les abandona”, precisó.
A las 07:00 pm, se invitó a los jóvenes de la parroquia a participar en el conversatorio juvenil con motivo de la Visita Pastoral, ahí tuvieron la oportunidad de compartir las inquietudes que como jóvenes viven a diario. En este conversatorio juvenil, estuvieron presentes jóvenes de distintas filiales de la parroquia, los cuales pertenecen a dos Pastorales Juveniles, es el caso del grupo de la comunidad de La Lucha y el grupo San Juan Pablo II del centro parroquial. Todos ellos jóvenes con edades que oscilan entre los catorce y dieciocho años.
Entre las inquietudes expuestas por los jóvenes están los problemas relacionados con la drogadicción, alcoholismo, violencia, machismo, pobreza en algunos hogares, la falta de identidad y la necesidad de llenar vacíos existenciales en muchos casos, así como los efectos negativos que provoca el que los padres de familia no pongan límites necesarios en el actuar de los hijos, ya que consideran que si los jóvenes crecen en un ambiente en el que pueden hacer lo que se les plazca, a futuro tendrán que enfrentar diversas situaciones que los llevan a ambientes nada sanos y, unido a ello, las malas conductas de estos jóvenes harán que otros imiten sus actos y así terminan por destruirse no sólo ellos sino que destruyen también a los amigos.
Desde la óptica de los jóvenes presentes en el conversatorio, se logran rescatar puntos positivos importantes entre la población juvenil de la zona, ya que comentan que aunque “es a veces difícil identificarlos siempre es posible ver jóvenes dedicados de forma responsable con el estudio, jóvenes con gran capacidad intelectual que han logrado alcanzar grandes metas mediante proyectos innovadores que incluso les han hecho ganar premios no sólo a nivel local, nacional, sino también internacionalmente. Así como quienes a pesar de las dificultades que enfrentan en su diario vivir logran acercarse a las actividades de la Iglesia y formar parte de algún grupo juvenil acrecentando así su espiritualidad”.
Para concluir, Mons. Montero les recuerda que “en relación a los problemas de drogadicción deben tener muy claro que los jóvenes que están inmiscuidos en ese ambiente no es que en sean malos, sino que en su gran mayoría son jóvenes víctimas de este enorme problema social”. Les motivó a seguir adelante, “a buscar formas de superación tanto a nivel intelectual, educativo como espiritual, teniendo en cuenta que se tiene mucha esperanza en ellos, quienes con su energía y dinamismo pueden aportar mucho a la Iglesia, ya que con su testimonio pueden atraer a más jóvenes a la vida eclesial activa”. Les invitó además para que desde ya se preparen con conciencia y responsabilidad a lo que será la próxima Jornada Mundial de la Juventud a realizarse en Ciudad de Panamá, teniendo presente que para nosotros es un gran reto, ya que la Diócesis está muy cercana a esta nación y además la parroquia de Sabalito en concreto se ubica en la zona fronteriza panameña. “Gracias por su aporte en este conversatorio. Sigan adelante. Dios les bendiga”, concluyó.