Este domingo 27 de noviembre, en el cálido ambiente bonaerense, el Padre Santiago Durán Castro presidió su primera Eucaristía en el templo parroquial abarrotado de fieles, acompañado de familiares y amigos que con gran alegría agradecieron a Dios por este regalo para la Iglesia.
El Padre Luis Fernando Vázquez Moraga, actual párroco de Naranjo, predicó esta Eucaristía, en la que dijo a los presentes que, «el objetivo es apropiarnos del don que Dios ha dado a la Iglesia con la ordenación de estos sacerdotes, pues las cosas pasan tan rápido que puede pasar desapercibido».
«Estos padres han sido revestidos de Cristo, el Señor los ha revestido de Cristo, y con ello, la vida ha cambiado profundamente […] Ser revestido de Cristo puede parecer un Pentecostés, ellos han vivido un Pentecostés […] Lo que pasó en la vida de los padres, es que Santiago quedó lleno del amor de Dios, le cayó encima todo el amor de Dios, porque la ordenación presbiteral es un Pentecostés», señaló el Padre Vázquez.
«En ellos, la misericordia llega a nosotros […] Estos padres son el presente de Dios, y Dios no falla, Él sigue conduciendo a su pueblo, y ante los acontecimientos, acá hay dos sacerdotes, ésta es la respuesta de Dios. ¿Qué sería de la Iglesia sin sacerdotes?», comentó el padre, al tiempo que se respondió, diciendo: «aveces a uno le cuesta verlo, pero ellos nos hacen ver el presente de Dios, un Dios que contesta, que es fiel y que acompaña porque no nos deja solos».
Pero el Adviento, también es preparación al encuentro con el Señor que vendrá, por eso: «el Padre Santiago tiene la tarea de preparar a su pueblo para la última venida del Señor, y esto es delicado pero apasionante, la vida y el ministerio del Padre Santiago es esto, preparar la pueblo para que éste esté preparado a la venida del Señor», recordó el Padre Vázquez.
Por eso, «acá está Dios pasando entre nosotros, el Señor acá está con nosotros tan vivo y tan claro en la vida de estos dos sacerdotes, en la vida de ti Padre Santiago […] Y por medio tuyo, nos está cayendo un diluvio de bendiciones porque el cielo está abierto; cuiden su vocación, velen y estén preparados para que no cierren estas bendiciones de Dios a su pueblo», dijo.
Tras la Eucaristía, máxima expresión de fiesta y acción de gracias para el cristiano, el pueblo bonaerense festejó también con el compartir fraterno, que contó con música, presentaciones artísticas, almuerzo, queque y alegría entre todos los presenten como verdadera familia en Dios.