El pasado sábado 14 de diciembre, nuestra iglesia diocesana se llenó de profunda alegría ante la Ordenación Sacerdotal de dos nuevos servidores del Señor. Los diáconos Andrés Monge Fallas y Greivin González Méndez recibieron el orden por medio de la imposición de manos de Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Umaña en la concurrida Eucaristía que se celebró a las diez de la mañana.
Durante la homilía, el Señor Obispo recordó a los presentes, que esta ordenación era una oportunidad para «admirar el gran misterio que es el Sacramento del Sacerdocio»; al tiempo que, al dirigirse a los ordenados, precisó: «frente a las cosas de Dios nos sentimos pequeños e indignos, pero el Señor es quien los ha llamado y les ha pedido dejarlo todo y seguir sus caminos para construir su reino. No somos dignos, pero Él se encargará de hacernos un poquito menos indignos».
«Sean pastores preocupados por la vida, la suerte y la dignidad de la gente que se les confiaron. No son suyas esas ovejas, son de Dios. Entonces, por ellas me santifico, por ellos hago todo el esfuerzo por ser santo porque hasta allá tenemos que guiarlos, no a la medriocridad sino a la perfección cristiana», predicó con vehemencia Mons. Montero durante aquella soleada mañana.
«Sean hombres de esperanza en medio de un mundo lleno de pesimismo, tenemos que ser lámparas que lleven luz y esperanza, no seamos profetas de desgracias; el mundo necesita gente de fe que levanten el ánimo, para que le ayuden a creer y esperar, sean instrumentos de esperanza», acotó el Prelado durante su intervención.
Recordemos, que el Padres Andrés Monge Fallas, oriundo de San Isidro de El General presidió su primera Eucaristía este mismo sábado 14 al ser las 4:00 pm en la Iglesia Catedral, celebración en la cual agradeció de manera especial a su familia y al Padre Madrigal, quien por tantos años fuera su pastor, en el camino de servicio como monaguillo.
Por su parte, el Pbro. Greivin González Méndez presidió su primera Eucaristía el domingo 15 de diciembre en el templo parroquial de Río Claro, celebración a la cual participaron gran cantidad de vecinos y familiares, y en donde el nuevo sacerdote recordó el valor que tiene la Eucaristía en su vida personal, elemento que le marcó para su sí a Dios.