Este domingo 16 de octubre, al ser las 6:00 pm, el neo-presbítero Alejandro Gamboa Conejo presidió su primera Eucaristía en el templo parroquial de Palmares. En su propio pueblo, ahí donde recibió el ingreso a la vida eclesial por medio del Bautismo, ahí donde fue confirmado en la fe, ahora el hijo del pueblo presidía por primera vez los misterios más sagrados en nombre de Jesús Eterno Sacerdote.
El templo se hizo pequeño para albergar a cientos de fieles que se congregaron para celebrar juntos el don de la vocación; fieles de Palmares y de otras parroquias, estuvieron atentos y participando activamente durante las casi hora y media que tardó la celebración eucarística.
Como es costumbre, el recién sacerdote pide a otro co-hermano predique su primera misa, en este caso, el Pbro. Alejandro Gamboa pidió al Pbro. Elí Quirós le predicara su primera Eucaristía. Durante la homilía, el Padre Quirós dijo: “estimado padre, que bello presidir por primera vez la Eucaristía en nombre de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, el domingo Día del Señor, y extender como Moisés los brazos nuevamente entre el cielo y tierra para orar por el Pueblo de Dios, pueblo que somos todos nosotros”.
La homilía se desarrolló en tres puntos: la oración, los desposeídos y conciencia de elegidos. En cuanto al primer elemento, el Padre Elí indicó: “no olvides, que has recibido el privilegio de ‘hablar a Dios en nombre de todos’, de hacerse ‘como la boca de toda la Iglesia’…; desde ya, dile al Señor que obre Él, en nuestra sociedad que presenta tantos atractivos y donde hay tan variados intereses, cuando en tu ministerio sienta flaquear, pero también cuando todo vaya color de rosa, dile al Señor: “Obra tú, Señor, obra tú». Y para ello, es preciso creer en el Señor”.
Refiriéndose a los desposeídos, recordó al Padre Alejandro la urgencia de optar por los más débiles y olvidados, y con el Card. Van Thuan, indicó: “amad mucho a los pobres, a esos que nadie ama. Quien ama realmente a un pobre, no lo ama por la gratificación que recibe, sino porque reconoce en él la dignidad del hermano por el que Cristo murió”.
Finalmente, dirigiéndose al Padre Alejandro y haciendo énfasis en la elección divina, con voz pausada y firme, reflexionó diciendo: “el miedo puede aparecer cuando vemos semejante plan de Dios que se deposita en nuestras pobres manos, pero no tengas miedo estimado hermano, que mayor fue la esperanza camino del Calvario y ante todo, recuerda que Cristo en la Cruz, cuando todo parece perdido, aquello que inicia con la sensación de abandono, termina con el grito de confianza en Dios…”. “El amor que puedas dar a tu pueblo, nunca será un desperdicio”, precisó.
Posteriormente, el Padre Alejandro Gamboa continuó acompañado por más de 10 sacerdotes con la Plegaria Eucarística, haciendo uso del Canon Romano. Al finalizar la Eucaristía, el nuevo sacerdote agradeció a todos su asistencia y pidió elevar oraciones para mantenerse en la vocación a él encomendada.