Este domingo 27 de octubre, en el marco del Mes Extraordinario de la Misión, las parroquias de Barrio Lourdes y de Pejibaye de Pérez Zeledón, vivieron una experiencia conjunta de misión, haciendo vida el llamado del Papa Francisco de ser una Iglesia en salida, y en respuesta al Plan Diocesano de Evangelización que pide una actitud marcadamente misionera.
Con poco más de tres centenares de agentes de evangelización, cien de ellos de la Parroquia de Lourdes, visitaron durante la jornada dominical casa por casa, a casi la totalidad de habitantes de las 35 comunidades que conforman esta porción del Pueblo de Dios que peregrina en Pejibaye, llevando así un mensaje de esperanza, compartiendo desde la realidad el dolor y el sufrimiento de los pobladores y anunciándoles a Cristo como aquella única fuerza y respuesta para nuestra historia.
«Teníamos como objetivo el poder acercarnos a los alejados y poder llevar una palabra de aliento, por qué no, también a los creyentes; pero sobre todo, hacer un día de retiro, día de vivencia y de experiencia, para que como agentes podamos comprender y tocar de cerca, palpar el dolor, pero ante todo la fe de un pueblo sencillo y humilde que se forjado con testimonios de santidad, y desde ahí poder descubrir la fuerza que viene de Dios… Ojalá que esta experiencia, para nosotros tan enriquecedora, nos llene de fuerza y de esperanza, de alegría y de coraje, para que nos haga proyectar toda nuestra vida en clave misionera, realizando verdaderos procesos evangelizadores para que lo que hoy se ha sembrado, no sólo en los demás sino en nuestro propio corazón, pueda tener su debido crecimiento», afirmó el Padre Elí Quirós párroco de Lourdes en el mensaje final dirigido a los agentes.
Y es que la humildad y la sencillez del ferviente pueblo de los sectores de El Águila, Concepción, Las Delicias o Guagaral, marcaron la experiencia de los agentes venidos de la Parroquia de Barrio Lourdes, quienes durante la jornada valoraron al experimentar la lejanía, los viajes en cajón, el cruce de quebradas y hasta las largas caminatas, en algunos casos, en busca de los hogares.
Así, entre los testimonios obtenidos, rescatamos: «nos recibieron muy bien, estoy muy impresionada, nos acogieron con tanta alegría, no era tanto llevar un mensaje, me vine con una gran experiencia, y es la humildad que tienen las personas para contar sus angustias, alegrías y dolores, la fe de creerle a Dios», acotó una de las misioneras de Los Ángeles.
«Esta jornada misionera nos ha servido para salir de la rutina, en algún momento pensé que era un juego, pero Dios se lo había tomado en serio, hoy aprendí a valorar lo que yo tengo, uno pone tantos peros, que no valora donde Dios nos tiene, valoremos las comodidades de nosotros, valoremos nuestra parroquia y las posibilidades para misionar… Hoy, sentí un cambio en mi vida», afirmó visiblemente impactada otra agente de evangelización de la comunidad de Los Pinos.
«Al finalizar esta misión, comprendo que es la interacción que debe haber en la comunidad, el mensaje misionero que hoy me llevo, la convivencia esa es la verdadera misión, el asistir al que va rezagado y ampararnos en el que lleva la delantara; me llevo el compromiso de prepararnos a conciencia para poder ejercer este mensaje, un mensaje que no es tanto de palabra sino de obras y experiencia vivida», reflexionó otro de los misioneros que participó.
Por último, el Padre Johnny Leiva vicario parroquial de Lourdes, recordó a los presentes la importancia de ser conscientes que «aquellas familias nos abrieron su hogar y su interioridad porque llegaron personas de parte de Dios», no olvidemos la enorme tarea que nos comporta.
Así, el Pbro. Luis Mena, administrador parroquial de Pejibaye, agradeció a todos los agentes y recordó «la importancia de sentirnos hermanos, de superar los límites que muchas veces nosotros ponemos y descubrir el verdadero sentido de la Iglesia, siendo la comunión y la fraternidad parte esencial de un proceso de crecimiento; que a partir de esta misión, tomemos conciencia de la responsabilidad misionera y nos comprometamos a ser agentes de cambio, transmisores del Evangelio para que el anuncio sea constante», finalizó.