Así calificó Monseñor Fray Gabriel Enrique Montero la Visita Pastoral a la Parroquia de Puerto Jiménez, la última de la Vicaría San Francisco a un día de concluir el recorrido. “Es un Jiménez que ha cambiado radicalmente, al que conocí hace 40 años, tanto que hay una Parroquia, es mucho más poblado, hay bastante comercio y con mucho turismo, por el Parque (Corcovado), el mar, y toda esta belleza natural”, mencionó.
No obstante, el contraste con esta realidad se da en que es también “una zona conflictiva” con una de las realidades más difíciles que ha encontrado el Obispo desde que inició sus Visitas Pastorales. El área social, familiar y económica son tres de los puntos que ve el prelado en deterioro, con la diferencia que el Centro Parroquial no está “tan golpeado” como sí lo están los pueblos de alrededor que conforman toda esta porción de Iglesia.
Monseñor, a pesar de este cuadro social, rescató la gente amable y hospitalaria que trabaja y es cercana a la Iglesia. Igualmente destacó el momento que tuvo con los jóvenes en el Colegio de la zona, pues encontró cierta receptividad y a ellos les pudo dirigir un momento de esperanza.
Durante esta Visita Pastoral, el Obispo inició en una de las comunidades instituyendo Ministros Extraordinarios para la distribución de la Comunión, un signo que también realizó en el Centro Parroquial este jueves 23 de junio. “Encontrar gente comprometida es una victoria. Formarlos es otra. Ellos juegan un papel muy importante más que en otras comunidades, pues la realidad de la Parroquia nos deja que hay comunidades sin delegados de la Palabra o en algunos casos sin ningún ministerio, por lo tanto el liderazgo cristiano de los Ministros será muy importante”, añadió.
Durante la Misa que celebró este jueves en el Centro Parroquial, además de instituir Ministros Extraordinarios de la Comunión, también confirmó a la joven Sthepanie. A ellos les pidió dirigir sus vidas sobre “roca firme”. Además, en la homilía acotó que Costa Rica está haciendo hace rato “lo que le da la gana” y en relación con las lecturas proclamadas, pidió a Dios para que el país vuelva a escuchar su voz para no ver las graves consecuencias de actos que están llevando a la sociedad al deterioro en diferentes áreas.