Servidores comprometidos por la realidad

En el segundo día de Visita Pastoral a Platanares, Mons. Montero visitó el Colegio Técnico Profesional de Platanares, ahí fue recibido por la directora Msc. Ana Julia Sánchez que junto al docente de educación religiosa y algunos estudiantes compartieron el desayuno; posteriormente, participó del acto cívico programado con ocasión de la inducción que reciben estudiantes de sexto año de escuela con miras al ingreso para el próximo año lectivo, ocasión que el obispo aprovechó para recordarle a los presentes la necesidad de prepararse y estudiar a conciencia para enfrentar los desafíos que les plantea la vida y el futuro, pues “Costa Rica necesita ciudadanos bien preparados, gente bien formada, no necesita profesionales a medias, no necesita tampoco charlatanería, sino gente seria y comprometida”, puntualizó. Luego participo de un conversatorio con los docentes, a quienes escuchó sus inquietudes sobre la problemática de la drogadicción y delincuencia que se presenta libremente en esta realidad.

Por la tarde, se reunió con los grupos de Pastoral Social y afirmó que “una parroquia sin Pastoral Social no puede existir porque ésta nace de la exigencia de la caridad y de la realidad”; en la misma sesión, compartió con la Comisión de Pastoral Familiar, a ellos exhortó a “seguir nadando contra la corriente de muerte que proviene de la sociedad y luchar por la familia, la vida y el matrimonio tal como lo enseña la Iglesia”.

Posteriormente, se reunió con las fuerzas vivas del distrito, entre ellas: asadas, juntas de educación, asociaciones de desarrollo integral, fuerza pública, consejo de distrito y suplente de síndico; ahí le platearon al obispo la respectiva visión de realidad que manejan y que se podría resumir en: violencia doméstica, drogadicción, problemática de motos ruidosas, pérdida del sentido de responsabilidad en los padres de familia y el endosar tal responsabilidad a los docentes, apatía de la población, escases de fuentes de trabajo y abandono del sector agro.

Cerró la jornada con la celebración Eucaristía en honor a San Martín de Porres en la comunidad de Naranjo, que celebraba a su santo patrono; acá resaltó el encuentro con Cristo de forma personal que lleva a los santos a dar la vida de diversas formas, al punto que todo lo pueden sentir relativo en relación a Cristo. Durante la homilía, recordó que “San Martín despreciado por su color, entró para ser hermano lego y no sacerdote, como hermano lo ponen en los servicios más humildes y él con la más grande humildad realizó estas tareas de servir a Dios y a los demás aún en medio de los ofensas y desprecios, un hombre que permaneció siempre confiado en Dios”

Ante este testimonio, insistió que la clave de una vida así será la oración y el servicio a los demás y con San Pablo, precisó el obispo, entenderemos el cómo hicieron los santos para tener una vida así, pues dirá el apóstol “no quiero gloriarme en ninguna gloria humana, sino solamente de haber conocido al Señor Jesucristo y él llegó a ser para mí el máximo bien, al punto que las demás cosas las considero basura; los santos descubrieron a Jesucristo, se encontraron personalmente con él y su vida cambió totalmente, desde ese momento vivieron para él, vieron con él, vivieron como él, y Jesucristo fue para ellos el gran tesoro de su vida”.

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