Del lunes 26 al viernes 30 de noviembre, lo a obispos de Centroamérica se reunieron una vez más como SEDAC para su encuentro anual, en esta ocasión en pintoresca localidad de Valle de Ángeles en Honduras.
Durante en encuentro, uno de los temas que se abordó fue el de la Juventud, donde la religiosa panameña Hna. Rosemary Castañeda de la Orden Dominica expuso todo el marco teológico y eclesiológico de preparación a la JMJ y la misión de la iglesia con el mundo juvenil.
En su exposición sobre el proyecto de la JMJ, Castañeda señaló: «logramos que los jóvenes antes de cantar el himno, entrarán en cada una de las palabras que Lucas nos va describiendo frente a una elección, un llamado y una misión que se le hizo a María; estamos tratando de mirar que los mismos jóvenes vean en ella ese sentido de mujer, que también hoy hay que recuperarlo, como modelo, ese sentido de una mujer que es de bien pero aquella mujer que también vivió en una época, que en el tiempo de Israel, era tan difícil como los tiempos que estamos viviendo hoy y sin embargo esta mujer fue capaz de saber vivir frente a Dios y frente a su pueblo, fue una mujer que tomó conciencia de la misión que tenía y luego vamos a mirar entonces los grandes iconos que se nos presentan, nosotros en esta Jornada Mundial vemos a María en la anunciación y María en la visitación»
Así, indicó esta religiosa a los obispos en el SEDAC que el desafío y la misión que la Iglesia tiene con los jóvenes es comprender que son los tesoros de la iglesia, porque la Iglesia debe tomar conciencia que debemos atraerlos y debemos ofrecerle lo mejor. Por eso, en el mismo sínodo se escucharon voces fuertes de cómo la catequesis de jóvenes debe dar un vuelco, cómo debemos lanzar las redes de que conozcan a Jesucristo y la gran pregunta es cómo asumimos este desafío.
Ante esto, se concluye que debemos conocer la realidad juvenil, pues solo ahí podremos sanar sus heridas, y de frente la pasaje del samaritano preguntarnos también nosotros: «¿dónde estabas que no te vi?», recordó la religiosa dominica. Esto exige un proceso de acercamiento, para formarlos y para que su protagonismo realmente provoque una renovación total. Por eso, «el sínodo dirá que no debemos cortar los sueños de la juventud», afirmó la Hna. Rosemary.
«La Iglesia es el espacio propició de los jóvenes, por eso no puedo contentarme con los números de jóvenes que hoy manejamos… hay que quitarle los miedos y decirle al joven que en la iglesia tienes que marcar la diferencia, porque Jesús es la fuerza y Él te hace seguir adelante y confesar la fe», afirmo con vehemencia la religiosa.
Para lograr esto, «se requiere escuchar al joven de tu a tu como enseña el Evangelio de San Juan, acompañar que implique caminar día y noche como sucede en Emaús, una conversión como proceso que le ayude a recuperar su identidad y por tanto saber quién soy, un discernir entre la multitud de caminos para pasar de lo bueno a lo mejor y de lo mejor a lo perfecto a la luz de la Carta a los Romanos, y mirar los desafíos para que aprenda a elegir uno de tantos y llegar así al proceso de santidad», concluyó esta religiosa experta en el tema juvenil.
Por su parte, el Cardenal Rodríguez Maradiaga durante la homilía de la misa que presidió en el Santuario de Nuestra Señora de Suyapa, patrona de Honduras, dijo: «a pocos días a prepararnos litúrgicamente para la venida del Salvador, y cuando pareciera que las sombras no nos dejan ver el camino, la Palabra de Dios nos invita de la mano de la Madre Santísima, a levantar la mirada y llenarnos de esperanza. Como pastores, vemos con tristeza el dolor que sufren miles de hermanas y hermanos, desde los que se han visto obligados a dejar su patria hasta los que se desesperan por la falta de empleo, alimento educación y salud, experimentamos ese dolor como propio; pero, queremos que rsuene para todos ese ‘no temas’ que el ángel le dice a María, porque en medio de esas sombras, ella, la Estrella de la Evangelización, nos recuerda la promesa del Señor, de que pondrá su morada entre ellos, donde ellos serán su pueblo y Él será su Dios».
Finalmente, Monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez, presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala en la homilía de la clausura de esta Asamblea Anual del SEDAC, en el contexto de la celebración litúrgica de San Andrés, al reflexionar en la misión de los obispos y pensar en San Óscar Arnulfo Romero, quien para los años 80 fuera secretario de esta instancia eclesial, dijo: «en su diario vemos la grandeza de cómo Dios actúa y cómo él se deja llevar por la voluntad de Dios para encabezar a su pueblo en un momento crítico de la historia, para ser así pastor, testigo, profeta y mártir; hoy, nos toca irnos a cada uno de nuestros países y en el reflejo de los apóstoles tenemos que ir por un lado con el sentido renovado de misión, de que después del Cenáculo viene la dispersión. Nos urge la misión… Porque seguir a Jesús es la tarea fundamental…»