Vicaría Pablo VI se forma en liturgia

El día de hoy, sábado 30 de abril, a las 8:00 am, dio inicio la Formación Vicarial para Lectores y Animadores de Canto.

Se contó con la participación de lectores y animadores de canto de las cuatro parroquias que conforman la Vicaría Beato Pablo VI, a saber: Parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Sabalito, Parroquia Nuestra Señora de Lourdes de San Vito, Parroquia Medalla Milagrosa de Agua Buena y Parroquia Patriarca San José de Fila Guinea.

Al iniciar la celebración el Pbro. Luis Alberto Mena, párroco de San Vito, dio algunas palabras de ambientación a los asistentes y entre ellas les hizo ver, que la formación a la que se les había convocado no era por pura majadería, ni algo antojadizo, sino que todo tiene que ver con los objetivos que persigue el Plan de Evangelización de la Diócesis, al buscar la forma de realizar nuestras celebraciones litúrgicas de la manera más correcta posible, dándole el valor sin igual que tiene la misma, ya que cuando hablamos de liturgia, estamos hablando de una acción sublime.

Además, recalcó que para una gran parte de feligreses, la celebración de la Eucaristía es el único momento que quizás consideran parte de lo que es la Iglesia, y que por tanto, los agentes de evangelización deben estar bien formados, para llevar así, un mensaje adecuado de la Palabra de Dios y brindar desde ahí un mensaje adecuado a los demás hermanos que no han recibido formación alguna en cuanto a liturgia.  Pues como ya sabemos para una gran mayoría de personas, la Iglesia, es sólo aquella a la que acudimos para bautizar a alguien, para contraer matrimonio, para celebrarle el funeral…,  pero en cuanto a grupos o movimientos apostólicos, ministerios o servicios, son muy pocos los que tienen conocimiento de éstos. Por tanto, si nuestra celebración la desarrollamos en un ambiente ameno, adecuado, y con la mayor seriedad posible, estaremos contribuyendo con dar un buen mensaje a quienes sólo acuden en momentos determinados o especiales a nuestros templos.

Los lectores trabajaron bajo la guía del señor Guillermo Hernández, de la Comisión de Liturgia de la Diócesis, los animadores del canto estuvierin con  el señor Fernando Calderón, también de la Comisión Diocesana de Liturgia.

En cuanto a los lectores, la formación fue enriquecedora, en tanto que se trataron temas relacionados con la importancia de constituir los distintos Equipos de Liturgia, no sólo en los centros parroquiales sino en cada una de las filiales. Esto con el fin de enriquecer la liturgia, que semanalmente se celebra. Y se dejó la inquietud para que en los lugares que aún no se cuenta con Equipo de Liturgia, se vayan constituyendo lo más pronto posible.

Por otra parte, se recalcó que se debe ir erradicando la palabra “lector” y sustituirla por “proclamador”, ya que ésta última es la forma correcta de referirse al servicio que determinado agente desempeña. Recordando que no se lee un artículo cualquiera, sino que se proclama nada más y nada menos, que la misma Palabra de Dios. Por tanto, el lector deberá presentarse a la celebración eucarística o litúrgica, vestido con decoro, sencillez y pulcritud, deberá además luchar por ser una persona de buenos principios y costumbres, pues su testimonio también es de suma importancia. Deberá el proclamador ser una persona con un vocabulario adecuado en todo momento de su vida, no sólo mientras asiste al templo. Así mismo deberá durante la semana “leerse” la lectura que le corresponderá proclamar en la eucaristía, de modo que pueda interiorizar la misma y tomar conciencia de qué es lo que desea dejar en el corazón del que escuchará dicha proclamación.

También se habló acerca de la importancia de educar a los demás fieles en cuanto al por qué en las celebraciones litúrgicas se cambian los colores litúrgicos, qué significado tienen éstos dentro de la celebración, así como lo relacionado con los gestos, posiciones del feligrés durante la celebración.  Y para ello se tendría que elegir un momento oportuno previo a la celebración, de modo que se pueda ir creando conciencia en el feligrés, del porqué de cada cosa y sobretodo cuál es su significado. De manera que los conocimientos en liturgia no queden sólo dentro de los agentes de evangelización, sino que también sean parte de los demás miembros de la comunidad.

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