Es el primer párroco diocesano nombrado en la Parroquia de San Isidro, al asumir en abril de 1949 decide construir una nueva casa cural (que es la actual) e iniciar los preparativos para la construcción de un nuevo templo, pues el que había era insuficiente y estaba deteriorado por la Guerra del 48, a nivel pastoral comenzó a fundar grupos apostólicos, como la Congregación de las Hijas de María que tanto ayudaron en la catequesis, la Juventud Obrera Católica, las Damas Vicentinas y el Apostolado de la Oración. Pocos años después y sin que se conozcan las razones, renuncia a dicha parroquia y regresa a la Arquidiócesis de San José.